Llegó el 5 de octubre y también pasó el 5 de octubre de 2014, los eventos electorales programados se dieron y alegría para unos y tristezas para otros, porque los resultados a boca de urna, que son una aproximación a los resultados reales, vislumbran quiénes podrían ser los futuros gobernantes de Apurímac.
Un primer sondeo a los que emitieron su voto en las diversas instituciones educativas indica que Michael Martínez se la llevó con un 25,8% de los votos según Ipsos Apoyo; en segunda ubicación se encuentra Wilber Venegas con 17,5% de los votos y en tercer lugar estaría la agrupación política de Richard Arce con 13,9% de las preferencias.
Con estos resultados ninguno es ganador aún, porque para ser proclamado como Presidente Regional de Apurímac debieron de haber superado la valla del 30% de los votos. Como ninguno de los candidatos obtuvo esa preferencia, tendrán que lidiar en una segunda vuelta los dos candidatos que ocupen los primeros lugares, que muy bien podrían los de Kallpa y los del Movimiento Fuerza Campesina.
Dos movimientos que tienen cunas distintas, de Andahuaylas y Chincheros respectivamente. Dos movimientos que van midiendo fuerzas políticas desde las anteriores justas electorales, cuyo empeño y constancia se ven coronados con el primer y segundo lugar de la boca de urna momentánea. Dos movimientos que buscarán convencer con su propuesta de gobierno al pueblo apurimeño; pero, que tienen que ser propuestas serias y ejecutables, no sueños irrealizables como el que tienen presentado al Jurado Nacional de Elecciones, que son simples esbozos de Plan de Gobierno, hechos a última hora .
Las dos agrupaciones políticas que bregarán en la segunda vuelta, tienen aún tiempo para redactar mejor su propuesta de gobierno y convencer al elector de que en los próximos cuatro Apurímac debe despegar de su letargo social, económico y cultural. Que no sean un engaño más en la vida del apurimeño.
Se pide a los dos candidatos que pasarán a la segunda vuelta diagnosticar los verdaderos problemas, porque con sus propuestas están soslayando la educación, la salud, la agricultura y la ganadería a más de la minería, que son problemas latentes en Apurímac. En educación aún no logramos obtener el nivel dos en las evaluaciones censales de la primaria y los resultados desastrosos de los concursos de Matemática y Comunicación en secundaria.
En salud aún hay desnutrición infantil, embarazos de las adolescentes, falta de atención médica especializada y de médicos bien preparados, Apurímac sigue siendo el conejillo de indias, donde vienen los recién egresados a hacer sus prácticas con los apurimeños.
La agricultura sigue siendo de autoconsumo y no tecnificado. ¿Dónde están todos los ingenieros agrónomos que han egresado de una de las universidades de Abancay? Ellos debían de estar en el campo, apoyando científica y tecnológicamente a los campesinos; pero, todos están en oficinas antes que en el campo.
En ganadería igual, su crianza es a la de Dios, no hay profesionales que asesoren la crianza de los animales domesticados en Apurímac. Son puntos cruciales de la problemática apurimeña que deben de tomar en cuenta los dos candidatos que llegan a la segunda vuelta de estas justas electorales.