De acuerdo con los hechos probados, el acusado aprovechó su vínculo de confianza con la familia de la víctima para cometer reiterados abusos sexuales durante los meses de diciembre de 2023 y marzo de 2024, siendo finalmente intervenido por la Policía Nacional en flagrancia en el sector de Maucacalle, Abancay, cuando se encontraba junto a la menor dentro de su vehículo.
La Sala confirmó la pena de cadena perpetua, que el sentenciado cumplirá en el Establecimiento Penitenciario de Abancay (San Idelfonso), y dispuso el pago de diez mil soles de reparación civil a favor de la agraviada, además de tratamiento psicológico para la víctima y terapéutico para el condenado.
El tribunal resaltó que la declaración de la menor en Cámara Gesell fue coherente, persistente y verosímil, y que existieron suficientes elementos periféricos que corroboraron su testimonio, conforme a los estándares establecidos por el Acuerdo Plenario N.° 2-2005. Asimismo, destacó que el consentimiento de la víctima carece de validez jurídica al tratarse de una menor de 14 años.
Con esta decisión, la Corte Superior de Justicia de Apurímac reafirma su compromiso con la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, y con la sanción ejemplar de los delitos contra la libertad sexual, garantizando un proceso justo y transparente conforme a la Constitución y la ley.