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Construcción del hospital de EsSalud Chalhuanca podría paralizar porque lo ejecutan empresas cuestionadas

El dominical Cuarto Poder descubrió que seis meses después de la colocación de la primera piedra, el hospital de Chalhuanca registra un avance menor al 1%. Además de una red de empresas cascarón que estarían a cargo de la ejecución, las mismas que no tienen sede, con bonos sin respaldo y una red de sociedades bajo la lupa.

Como se recuerda, Dina Boluarte, el 25 de febrero de 2025 al colocar la primera piedra del hospital de Chalhuanca, dijo “Esta presidenta no deja obras inconclusas” Seis meses después, la realidad contrasta con el anuncio: la obra, valorizada en 58 millones de soles, tiene menos del 1% de avance y enfrenta riesgo de paralización. El contrato fue adjudicado por EsSalud al Consorcio Elohim Chalhuanca, conformado por las empresas Green Summit y Estremadoyro y Fassioli Contratistas Generales. Esta última comparte vínculos con Lucero Coca, joven empresaria protagonista de millonarias adjudicaciones en Trujillo pese a su limitada experiencia.

Ambas empresas del consorcio son inubicables. Los periodistas comprobaron que las direcciones consignadas en SUNAT y sus páginas oficiales no corresponden a sedes operativas reales. Además, Estremadoyro y Fassioli registra una deuda coactiva de más de 168 mil soles y aparece como responsable de una obra paralizada en Arequipa.

Su socio principal, Green Summit, fue constituido en 2023 con un capital aparente de 850 millones de soles, sustentado en un bono de reconstrucción de 1983. Especialistas en contratación pública advirtieron que este tipo de títulos “no representan dinero en efectivo”, pero permiten a empresas sin liquidez aparentar solvencia para adjudicarse contratos estatales.

La investigación llevó al empresario José Luis Luna Latorre (vendedor de empresas), quien dijo haber transferido la empresa por 3 mil soles. El nuevo titular, Jhonatan Artica, un huancaíno de 35 años sin grado académico registrado en SUNEDU, es ahora el representante del consorcio. Artica no atiende entrevistas ni responde comunicaciones.

El vendedor de la empresa reconoció que existe un mercado de compañías “de papel”, que se venden con bonos sin respaldo para sortear las exigencias del Estado y ganar licitaciones. “Yo puedo vender una empresa que no sirve, eso es legal”, afirmó.

Mientras en Chalhuanca los trabajos están detenidos y las promesas presidenciales se diluyen, las empresas beneficiadas por el millonario contrato no dan la cara y detrás de las adjudicaciones, se repite un patrón de conexiones cuestionadas, deuda pública y falta de experiencia. Todo parece ser que el hospital que debía servir a más de 11 mil ciudadanos en Apurímac quedará solo en promesas, tal como ocurre con el COAR Apurímac.

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Publicado en AYMARAES