Las familias damnificadas se encuentran ahora en una situación crítica, pues no cuentan con condiciones adecuadas para pernoctar durante las gélidas noches que se viven en estas alturas de Apurímac. Las viviendas afectadas quedaron expuestas al frío extremo, lo siendo un riesgo, especialmente para niños y adultos mayores.
Ante esta emergencia, los pobladores solicitan el apoyo inmediato al municipio distrital de Cotaruse y a las autoridades provinciales, a fin de que se les proporcione calaminas, frazadas y otros insumos de primera necesidad.
Este evento evidencia una vez más la vulnerabilidad de las comunidades altoandinas frente a los fenómenos climáticos extremos que continuarán registrando las próximas semanas en esta época de heladas.